Nostalgia del corpus christi
La celebración del corpus christi se originó en Bélgica en el siglo XIII; pero la organización de la procesión para la exhibición del Santísimo Sacramento se inició hasta mediados del siglo XV en Roma. Este evento católico romano, cuyo objetivo es la celebración de la proclamación de Jesús en el Santísimo Sacramento no tiene fecha fija, ya que se realiza 60 días después del Domingo de Resurrección. La fiesta es celebrada el día jueves, pero también existe una réplica el siguiente domingo, que se denomina la «octava”, oportunidad en la que asiste mayor número de fieles por tratarse de fin de semana.
Esta fiesta llegó a Guatemala como parte de la evangelización que se inició en el siglo XVI; la celebración se realiza en varias comunidades, barrios, aldeas, pero en este caso haré referencia a Patzún, cabecera del municipio del mismo nombre, en el departamento de Chimaltenango.
No es posible establecer en que año inició en Patzún, pero en la descripción que dejó el arzobispo Pedro Cortés y Larraz de la visita que realizó en 1770, indica que coincidió con la celebración. El arzobispo asistió a la misa y la procesión; en ambas pudo ver la participación de los vecinos; con mucha decencia, quietud, reverencia y silencio; al comienzo de la procesión algunos iban vestidos con máscaras y disfraces de animales; cada cierta distancia hacían ruidos, como aullidos que parecían manifestaciones de alegría.
Se puede interpretar la narración de Cortés y Larraz que la procesión era acompañada por los miembros del baile del venado; la coreografía se relaciona con la historia del robo en la Iglesia de la custodia con el Santísimo Sacramento; los ladrones por temor a ser descubiertos dejaron la custodia en el bosque; jaguares, monos, venados y otros animales empezaron a cuidarla; el venado fue encargado de ir al templo a dar aviso del lugar donde se encontraba; un comité de vecinos y el cura del pueblo fueron a traerla para regresarla al templo; los animales los acompañaron durante el trayecto.
Ya durante la segunda mitad del siglo XX se presentaba una división entre la procesión de la Iglesia y la de la cofradía; en la década de 1960 la cofradía iba atrás de la procesión de la Iglesia; en 1970 iba a casi una cuadra; en 1980 había un lapso de hasta una hora de diferencia.
La evolución de las comunidades es un evento que no podemos frenar; es necesario adaptarse a estos cambios, aunque esto nos produzca añoranza o nostalgia; de donde el título de esta presentación que se acompaña con fotografías de 1972.
Es difícil tomar partido; calificar que etapa es o fue mejor caería en un absurdo; cada evento es un reflejo del momento que se vive en la comunidad en ese momento. Solo resta compartir con las diferentes generaciones los momentos que han marcado parte de nuestra vida.
La procesión iniciaba con una cruz de plata del siglo XVI; la acompañaban hermosos banderines del siglo XVIII, también de plata, con decoración grabada y repujada; plateados incensarios sahumaban antecediendo la custodia para purificar el camino; el palio con las seis cañas tubulares de plata quintada; por fin la custodia sobredorada, guardando y exhibiendo al Santísimo Sacramento.
A la distancia el tún y la chirimía abrían el cortejo acompañados del jaguar; sin faltar el encargado de las bombas con el tubo sobre el hombro; las pequeñas andas con los niños; las plateadas insignias de cofradía que enmarcaban el paso de las texeles con la paya en la cabeza; los humildes incensarios de barro sahumaban el paso del cortejo.
El reloj de la municipalidad ha seguido el continuo tic – tac; han pasado 42 años desde el momento en que registré esa festividad; esa visita al terruño fue acompañada por un almuerzo familiar; recuerdo el sabor de los duraznos y ciruelas, blancas y rojas, recién cortadas en la huerta; las cerezas del árbol de la casa de la tía Elvira; el fresco de súchiles de Mamá Chayo.
No habían pasado cuatro años cuando el terremoto de 1976 destruyó gran parte del pueblo; pero no pudo destruir el amor a ese pedazo de tierra donde aprendí a jugar tipaches, taba y trompo; fui feliz testigo de los agradables momentos cuando algún paisano ganaba en la lotería la muy anunciada máquina de cocer … ¡frijoles!
¿Cómo es ahora la celebración del corpus christi? Podemos averiguarlo este próximo jueves 19 o durante la «octava», el domingo 22 de junio. Saludos Patzún.
Que trabajo mas bien hecho. Ya siento nostalgia por nuestras tradiciones también.