Templo de El Calvario, La Antigua Guatemala
Se ubica en el extremo sur-este de La Antigua Guatemala, es el remate al sur de una alameda que fue punto de paseo durante los siglos XVII y XVIII de los habitantes de Santiago de Guatemala. Este templo tiene la característica de que integra dos estilos arquitectónicos; el templo es del siglo XVII y la antefachada del siglo XVIII.
Ante las amenazas de inundaciones y correntadas de lodo provenientes del Cerro de La Cruz y del área de la aldea de Santa Ana, fue necesaria la construcción en el siglo XVIII de la antefachada, como protección del templo; esta estructura presenta características arquitectónicas diferentes al estilo del interior; está compuesta por un cuerpo dividido verticalmente por tres calles; en cada una hay una puerta dentro de un vano con arco de medio punto, enmarcado por pilastras almohadilladas; sobre cada puerta hay una espadaña que también está enmarcada con pilastras almohadilladas y volutas laterales.
La construcción del templo se inició en 1618 y se concluyó en 1655; sufrió fuertes daños con el terremoto de 1717, por lo que fue sometido a una reconstrucción que duró hasta 1720. El santo Hermano Pedro llegó a Santiago de Guatemala en 1651 y murió en 1667; su relación con la construcción del templo fue durante la etapa de finalización entre 1653 y 1655.
La fachada interior presenta en el ingreso principal un arco de medio punto, abovedado, con nervaduras que forman venera. En el frontispicio hay un escudo en el que el primero y último cuarto tiene la representación de un castillo, mientras que el segundo y tercer cuarto muestran un león rampante; este es el escudo de los reinos de León y Castilla, enmarcado con un águila bicéfala.
A los laterales de la fachada hay una capilla posa; se desconoce el verdadero objetivo de este tipo de estructura, pero definitivamente estuvo relacionada con actividades litúrgicas al aire libre en las que participó población indígena; no existen capillas posas en los templos de las ciudades o villas considerados pueblos de españoles.
Este templo y su construcción han estado asociados a la vida del santo Hermano Pedro de Betancourt; la tradición oral indica que el árbol de esquisúhil (Buorreria huanita) que se encuentra en el jardín interior, fue sembrado por el santo varón; a las flores se le atribuyen facultades curativas.
A pesar que hay quienes intentan bajar las flores lanzando palos, se dice que si cae una de las flores de forma natural, sobre una persona esté debajo del árbol, representa que tendrá muchas bendiciones.