Las sirenas en Santiago de Guatemala durante el siglo XVIII
Ante la muerte de Joseph de Porres, en 1703 su hijo Diego asumió el cargo de Maestro Mayor de Arquitectura en la ciudad de Santiago de Guatemala, implementando algunos cambios en los elementos que formaban parte de la decoración de los edificios, como la representación de sirenas. La forma original de una sirena se definía como un ser híbrido entre mujer y ave. Sin embargo, Diego de Porres las representó como mujeres jóvenes con forma de pez desde la cintura hasta la cola. El primer edificio que incluyó sirenas en la decoración fue el Oratorio de San Felipe Neri – Escuela de Cristo, en la base de la linterna de la cúpula, donde parecen estar sentadas sobre un felino.
A partir de esa obra incluyó una versión de sirena integrada a los laterales de las columnas serlianas en la fachada lateral del templo del convento de Santa Clara. En este caso no tienen el torso desnudo, pero la cola de pez inicia desde arriba de la cintura de la figura femenina
El concepto de sirena como parte de la decoración fue aceptado en forma paulatina y sucesiva, aún en fachadas no realizadas por Diego de Porres, pero inspiradas en su estilo, quizás sus discípulos siguiendo los principios del maestro.
En el exterior e interior de los templos católicos se utilizaron sirenas como parte de la decoración, a pesar de que la Iglesia las consideraba como parte de la simbología del mal, sobretodo porque las sirenas de antaño en la región mediterránea eran consideradas como una oculta armonía entre frágil mujer y pez escurridizo, que convirtieron la muerte en un goce absoluto, sobretodo entre los antiguos griegos que consideraban la invitación de las sirenas como una muerte envidiable entre cantos enloquecedores ¡Escuchar sirenas y luego morir!.

Sirena alada en la pechina de la cúpula de la capilla de la Limpia Concepción en el templo de San Francisco el Grande
Las representaciones de sirenas en las fachadas de edificios como la Casa Chamorro formaron una interesante decoración en el exterior de las residencias en la ciudad de Santiago, la que si bien estaba rodeadas al este y oeste por ríos, los depósitos naturales de agua estaban relativamente retirados.
Las fuentes y búcaros también formaron parte de los elementos arquitectónicos que integraron las representaciones de sirenas en la decoración, considerándose los mitológicos seres como un símbolo para ahuyentar el mal y las limitaciones, atrayendo el bien y la abundancia. En las casas era frecuente colocarlas como parte de la decoración en la fuente del patio de las delicias, el que generalmente se encontraba cercano al ingreso principal de la residencia, por lo que era importante para atraer la fortuna y alejar las posibles envidias de los visitantes. Quizás las mas bellas representaciones de sirenas se encuentran en el pretil de la fuente del convento de La Merced, jóvenes de rostro dulce y cabello rizado que custodian el depósito de agua.
Otra representación de sirena es posible observar en el pretil de la fuente en el parque del templo de La Merced, la cual fue trasladada del convento de San Francisco el Grande en la década de 1940 como parte de un programa gubernamental para «embellecer» la ciudad.

Sirena tallada en piedra, en el pretil de la fuente del convento de San Francisco que se encuentra en el parque del templo de La Merced
En conclusión, las sirenas formaron parte de la última fase de desarrollo arquitectónico de Santiago de Guatemala a partir del terremoto de San Miguel en 1717, hasta el terremoto de Santa Marta en 1773, quedando como testigos del esplendor del siglo XVIII en la ahora Antigua Guatemala.
Me encantó. Muy interesante los detalles de las sirenas dentro de la arquitectura de La Antigua Guatemala.
Me encantó el articulo sobre las sirenas en Antigua Guatemala. Por cierto el 22 de mayo hay una en el Museo Popol Vuh que dictará Miguel Torres sobre el antiguo mito de las sirenas y su presencia en Santiago de los Caballeros.