San Pedro apóstol, bordado

Representación bordada del apóstol san Pedro, en formato ovalado (20 cms. de altura por 16 cms. de ancho) con marco de madera con recubrimiento de pintura roja y aplicaciones en lámina de oro. Se estimad que este bordado fue realizado a fines del siglo XVIII y guardado como tesoro familiar, por lo que el paso generacional hasta la fecha ha logrado su conservación.

Representación bordada del apóstol san Pedro, en formato ovalado (20 cms. de altura por 16 cms. de ancho) con marco de madera con recubrimiento de pintura roja y aplicaciones en lámina de oro. Se estimad que este bordado fue realizado a fines del siglo XVIII y guardado como tesoro familiar, por lo que el paso generacional hasta la fecha ha logrado su conservación.

Al hacer referencia a las obras de arte religioso de Santiago de Guatemala como de La Nueva Guatemala de la Asunción, es difícil encontrar trabajo de bordado por ser considerado como arte menor y muy susceptible al deterioro por la humedad; son pocos los ejemplos que se conservan. Sin embargo, aún es posible encontrar alguna de estas pequeñas joyas que ha sobrevivido al tiempo; por ellas es posible conocer la técnicas de bordado que utilizaban: punto de cordón inclinado, punto de Palestrina, punto de nudo y otros, trabajados en bastidor por hábiles manos femeninas, como un oficio remunerado, inversión como ofrenda religiosa, o como una forma de llenar las horas de ocio.

El ejemplo es una representación de Simón Pedro, uno de los apóstoles de Jesús, identificado por la Iglesia católica romana como el primer papa, con base a la declaración de Jesús: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”, Mateo 16:18-19.

Rostro, cabello, barba y cuello pintados en óleo sobre tela de lino. El detalle del aura alrededor de la cabeza muestra un punto de bordado que se denomina realce con relleno; el contorno está delimitado por un pespunte que se conoce como punto de palestrina, con la característica de que se utilizó doble hilo entorchado. El contorno del cuello presenta un pespunte sencillo con hilo negro.

Rostro, cabello, barba y cuello pintados en óleo sobre tela de lino. El detalle del aura alrededor de la cabeza muestra un punto de bordado que se denomina realce con relleno; el contorno está delimitado por un pespunte que se conoce como punto de palestrina, con la característica de que se utilizó doble hilo entorchado. El contorno del cuello presenta un pespunte sencillo con hilo negro.

Sobre una base de tela de lino está pintado con óleo la cabeza, cuello y manos del apóstol. El fondo, alrededor del personaje, presenta una aplicación de la técnica del punto indefinido o matizado, el cual se define por el pespunteado del contorno y se rellena con puntadas desiguales, que en este caso presentan una distribución radiante, que se inicia de color claro junto al personaje y conforme se dirige a la orilla del formato ovalado se torna en color celeste.

El traje de Pedro presenta un amplio manto, con anchas mangas, que parece cubrir un traje también de tonos amarillos, que únicamente se observa parcialmente en el cuello y la parte superior del pecho; se diferencia por la diferencia de dirección o sentido de la puntada. Los pliegues del manto se definen por el pespunte del contorno en negro y la dirección de la puntada, que además presenta secciones en tonos claros y grises para definir luces y sombras.

Detalle de las puntadas que definen el gallo parado sobre la piedra.

Detalle de las puntadas que definen el gallo parado sobre la piedra.

A la altura de las muñecas se observan secciones semi ovaladas en negro; esta brusca diferencia marca el interior de la manga. La mano izquierda se encuentra apoyada sobre el pecho; la mano derecha sostiene una llave dorada que es acompañada por cuatro atributos: una cadena, un libro, una piedra y un gallo.

Detalle de la parte media en la que se puede apreciar la dirección de las puntadas utilizando punto matizado. El pespunte en negro y la dirección de las puntadas, combinadas con las luces y sombras, logran dar volumen al manto. Se puede observar la cadena que se sostiene con las dos manos, la llave en la mano derecha, detrás está la piedra y debajo el libro.

Detalle de la parte media en la que se puede apreciar la dirección de las puntadas utilizando punto matizado. El pespunte en negro y la dirección de las puntadas, combinadas con las luces y sombras, logran dar volumen al manto. Se puede observar la cadena que se sostiene con las dos manos, la llave en la mano derecha, detrás está la piedra y debajo el libro.

La llave y la piedra están definidas por la anterior cita de Mateo: la llave del cielo y la base sobre la que se edificará la Iglesia. El gallo está relacionado con las negaciones de Pedro cuando Jesús fue apresado en el Monte de los Olivos.

La cadena está relacionada con la aprensión de Pedro por parte de Herodes de Agrippa, con la intención de ejecutarlo pasada la celebración de la Pascua; un ángel se presentó ante Pedro en cautiverio y le dijo “Pedro, levántate, ponte el cinturón, toma tus vestidos y sígueme”; al escuchar estas palabras el apóstol sintió que sus cadenas se aflojaban y caían a tierra.

En la base del conjunto de atributos se observa un cuadrado negro, que es la pasta inferior del libro, presenta una serie de hojas con el lomo dorado. Este atributo relaciona al apóstol Pedro con las referencias que se hacen de él en los libros bíblicos, así como en los libros apócrifos.

Detalle de la decoración del marco, sobresaliendo la base de lámina de oro y la aplicación de pintura de oro en los motivos vegetales.

Detalle de la decoración del marco, sobresaliendo la base de lámina de oro y la aplicación de pintura de oro en los motivos vegetales.

El marco, de madera con revestimiento de pintura roja y aplicaciones en lámina de oro, rodean una verdadera obra que ejemplifica la delicadeza de la obra que puede fecharse para el siglo XVIII; la conservación se logró gracias a que su condición de obra menor, con función doméstica, nunca ha dejado de ser un tesoro familiar que ha pasado de generación en generación.