Templo de Nuestra Señora Santa María Concepción Almolonga

Fachada del templo de la Concepción de Ciudad Vieja, Sacatepéquez.

También se conoce como Iglesia de Concepción de Ciudad Vieja. Este templo fue construido por Diego de Porres entre 1718 y 1749; presenta una sofisticada fachada en tres planos, con trece hornacinas y veintiseis pilastras abalaustradas serlianas. En el primer cuerpo tiene cuatro hornacinas y en cada una de ellas está la escultura de un personaje relacionados con el dogma de la Concepción. En el segundo cuerpo hay siete hornacinas y en cada una está una escultura que representa a uno arcángel. En el tercer cuerpo hay dos hornacinas, en una está la representación de santo Domingo de Guzmán y en la otra san Francisco de Asís.

La iconografía de esta fachada es muy rica y amplia, razón por la que en esta presentación vamos a platicar únicamente de las cuatro hornacinas del primer cuerpo. En el extremo exterior del lado del evangelio está la escultura de san Joaquín, padre terrenal de María; en el lado exterior de la epístola está en la hornacina una escultura que representa a santa Ana. Es interesante hacer notar que la iconografía cristiana se desarrolla y apoya en los evangelios apócrifos, los que a pesar de presentar variantes en las narraciones, permiten la recreación de los pasajes bíblicos.

Escultura que representa a san Joaquín, padre terrenal de María. A los lados de la hornacina hay pilastras abalaustradas serlianas, características del estilo decorativo introducido a Santiago de Guatemala por Diego de Porres durante el primer cuarto del siglo XVIII.

Joaquín, esposo de Ana, acudió al templo para entregar sus ofrendas, pero no le fue permitido porque a pesar de su avanzada edad no había engendrado hijo o hija alguna. Muy afligido, al salir del templo no fue con su esposa sino que se dirigió al desierto, donde oró y ayunó por cuarenta días y cuarenta noches; fue visitado por un ángel que le dijo que Dios había escuchado sus oraciones y que Ana tendría un hijo.

Escultura que representa a santa Ana, madre de María. En los remates de las pilastras abalaustradas serlianas se encuentra un diseño en relieve que representa un león que sobre la cabeza sustenta una corona de tres picos, en referencia a la corona española.

Ana, ante la ausencia de su esposo lo dio por muerto y se encerró a lamentar su viudez y esterilidad. Pasados los cuarenta días bajó al jardín y allí fue visitada por dos ángeles que le comunicaron que sus oraciones había sido escuchadas por Dios; uno le indicó que Joaquín venía a ella con sus rebaños y el otro le indicó que concebiría un hijo. Pasados los nueve meses, Ana dio a luz una niña, a quien llamó María.

Escultura de san José, padre terrenal de Jesús.

En el interior del primer cuerpo del lado del evangelio está una escultura que representa a san José, esposo de María y padre terrenal de Jesús; del lado de la epístola está la respresentación de María.

Escultura que representa a la Virgen María.

La narración en los evangelios apócrifos de José y María tiene similitud a la de los padres de María, ya que ella recibió la visita del arcángel Gabriel, quien le anunció que esperaba un hijo a quien debía llamar Jesús. Por otro lado, José, mientras dormía recibió la visita del arcángel, quien le comunicó que María sería madre y que al niño que nacería debía ponerle por nombre Jesús.

Lo más interesante de esta combinación de parejas es que ambas están relacionadas con el dogma de la Limpia o Inmaculada Concepción, ya que tanto María como Jesús, de acuerdo a la tradición católica romana, fueron concebidos sin pecado original.

Representación de león con melena peinada y corona de tres picos, en referencia a los leones del escudo español.