Los dulces en la feria de octubre en la basílica de Santo Domingo
En la Nueva Guatemala de la Asunción, en octubre se lleva a cabo la celebración del mes de Nuestra Señora del Rosario; en la basílica menor del mismo nombre, a cargo de la Orden de Predicadores, dominicos, en la 12 avenida, entre 10 y 11 calles de la zona 1 se instalan puestos de venta de dulces tradicionales y chucherías, entendiéndose estas últimas como alimentos ligeros, generalmente apetitosos.
Las ventas de tostadas, garnachas, elotes locos, tacos, panes con pollo, con pierna, forman parte de la comida tradicional de la feria, por lo que los establecimientos son frecuentados por los devotos que visitan a la Virgen del Rosario desde las 6:00 a.m. hasta las 9:00 p.m. La oferta de comida ha evolucionado y adaptado a los gustos actuales; ahora a los churros les agregan chocolate envasado, de marca norteamericana.
Se mantienen las ventas de dulces típicos; a pesar que algunas han incluido bolsitas de dulces importados, aún prevalece el dulce de coco, de tamarindo, canillitas de leche, tartaritas, dulce de pepitoria, melcocha, mazapán; también se encuentran cajetas de madera de pino blanco, decoradas con encendidos colores para acomodar los dulce y realizar algún obsequio especial; no podemos dejar de saborear el dulce mazapán en las cajitas de pino blanco, en las que la tapadera hay que partirla por la mitad para formar un pequeño artefacto que permita comerlo.
Los panitos, manías, higos, rompemuelas y otros dulces, son mudos testigos del proceso de intercambio comercial inter regional que se ha llevado a cabo para que podamos disfrutar de las dulces tentaciones.
No pueden faltar los tradicionales rosarios de tuza; decorados con fuertes colores guardan dos pequeñas mancuernas de dulce en cada cuenta.
Algunas dulcerías complementan la oferta de productos con juguetes tradicionales, como tamborcitos de lata y cuero, guitarritas con cuerdas de alambre, zumbadores, camioncitos de madera, trompos y capiruchos de madera.
Algunas artesanías han desaparecido de estas ventas; los trastecitos de barro con lo que se arreglaban conjuntos miniatura de platos, tazas y picheles que eran el complemento ideal para los juegos de las niñas; aprovechaban los artesanos y comerciantes a ofrecer también pitos de barro, con formas de palomas o perros.
Han pasado mas de cincuenta años desde que me recuerdo la emoción de visitar a la Virgen del Rosario durante el mes de octubre; durante la infancia disfrutaba de la compañía de mis padres y abuelas con la ilusión de comer dulces y que me compraran algún juguete de madera; en la adolescencia la visita era muy importante porque coincidía con la temporada de exámenes finales en el colegio; la esperanza … si no había estudiado pedía que la virgencita me hiciera el milagro de ganar los exámenes; de adulto joven disfrutaba este mes porque con mis compañeros de trabajo asistíamos a refaccionar a media mañana una tostada con aguacate, acompañada de un vaso de atol de plátano o de elote. Con el paso de los años en compañía de mi esposa nos tocó el turno de transmitir esta tradición a nuestros hijos. ¿Cómo serán las visitas de los próximos años? Espero poder seguir disfrutando de las garnachas, tostadas, dulce de coco, canillitas de leche y muchas chucherías más.
Hasta hoy pude leer tu reseña maestrisimo Rolando Rubio. Yo he ido muy pocas ocasiones en mi vida pero te dio la razón respecto al colorido y amenidad del ambiente tradicional que gira alrededor de estas celebraciones de tipo religioso. Leyendo tu reseña me recordó las descripciones que hacía Luis Cardoza y Aragón en aquel libro «Guatemala, las líneas de tu mano». Un artículo muy bonito y evocador sobre nuestras raíces culturales. ¡Gracias por compartirlo con todos!
buenas tardes
¿quisiera saber si se puede usar sus imágenes dándoles el crédito de las mismas?
agradeceré me pueda brindar la información lo mas pronto posible.
muchas gracias
Persono González